Los votantes estadounidenses acudirán este martes a las urnas para elegir a los próximos líderes del país en un masivo ejercicio democrático en el que se emitirán decenas de millones de votos sin incidentes.
Sin embargo, las afirmaciones falsas de fraude electoral en 2020 y las repetidas acusaciones de trampa por parte del expresidente Donald Trump implican que todo, desde la elegibilidad de los votantes hasta problemas logísticos como largas filas, la funcionalidad de las boletas y el conteo de votos, será analizado de cerca, especialmente en los estados clave.
Los funcionarios electorales en todo EE. UU., particularmente en los estados disputados, han prometido mantener la integridad del voto y han instado a los votantes a no dejarse engañar por teorías conspirativas.
“Aquí en Georgia, es fácil votar y difícil hacer trampa,” dijo este lunes el Secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger. “Nuestros sistemas son seguros y nuestra gente está preparada”.
La elección de 2024 ya ha sido objeto de acusaciones de Trump y otros republicanos de que el proceso está “amañado”. Trump hizo repetidas afirmaciones falsas de que los demócratas están haciendo trampa en la elección, distorsionando problemas aislados con la votación para preparar a sus seguidores a creer que la elección no es legítima si él pierde.