CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Análisis

ANÁLISIS | Un batallón de ultraderecha juega un papel fundamental en la resistencia de Ucrania. Sus vínculos neonazis le dan argumentos a Putin

Por Tim Lister

(CNN Español) -- El presidente de Rusia, Vladimir Putin, enmarcó la invasión rusa de Ucrania como una “operación especial” para proteger a los rusoparlantes del genocidio a manos de “neonazis”.

En una transmisión especial minutos antes de que comenzara la invasión el 24 de febrero, Putin dijo: “Buscaremos desmilitarizar y desnazificar a Ucrania”, ignorando el hecho de que el presidente del país, Volodymyr Zelensky, es judío.

Para el Kremlin, la “Prueba A” en esta operación especial es la existencia del movimiento de ultraderecha Azov, que ha sido parte del panorama político y militar de Ucrania por casi una década.

Azov

Miembros del Batallón Azov y veteranos marchas con antorchas en la conmemoración del Día del Defensor de Ucrania en Kyiv, el 14 de octubre de 2016.

Las alas militar y política del movimiento Azov se separaron formalmente en 2016, cuando se fundó el partido de ultraderecha Cuerpo Nacional. Para entonces, el Batallón Azov se había integrado a la Guardia Nacional de Ucrania. 

El batallón, una fuerza de combate eficaz y muy implicada en el conflicto actual, tiene un historial de inclinaciones neonazi, que no desapareció del todo una vez que se integró al Ejército de Ucrania.

En su apogeo como milicia autónoma, el Batallón Azov se asociaba con los supremacistas blancos y la ideología e insignias neonazis. El batallón estuvo particularmente activo en Mariúpol y sus alrededores en 2014 y 2015. Los equipos de CNN que se encontraban en la zona en ese entonces informaron que el batallón había adoptado emblemas y parafernalia neonazi.

publicidad

Una vez que se integraron a la Guardia Nacional de Ucrania, en medio de los debates en el Congreso de Estados Unidos por la designación del Movimiento Azov como una organización terrorista extranjera, el entonces ministro de Interior Arsen Avakov salió en defensa de la unidad.

“La vergonzosa campaña de información sobre la supuesta propagación de la ideología nazi (entre los miembros de Azov) es un intento deliberado de desacreditar a la unidad ‘Azov’ y a la Guardia Nacional de Ucrania”, dijo al diario en línea Ukrayinska Pravda en 2019.

El batallón sigue operando como una entidad relativamente autónoma y ha tenido un papel destacado en la defensa de Mariúpol en las últimas semanas.

Para Putin, quien ha afirmado falsamente que el gobierno de Ucrania está dirigido por “drogadictos y neonazis”, Azov representa un objetivo obvio. Moscú ha otorgado al batallón un papel exagerado en el conflicto, acusándolo habitualmente de abusos a los derechos humanos.

El 7 de marzo, el enviado de Rusia ante las Naciones Unidas culpó al Batallón Azov de bloquear un corredor humanitario de evacuación en la asediada ciudad portuaria, diciendo que estaban usando “ciudadanos como escudos humanos”. Esa afirmación se ha repetido constantemente en los medios rusos. 

Ese mismo día, el general de Azov Denis Prokopenko dijo en un video compartido en la cuenta de Twitter del regimiento que “los intentos de organizar un corredor humanitario para la [reubicación] de la población civil… fallaron debido a varias acciones del enemigo [fuerzas rusas] en el área de reunión”.

Tras el bombardeo de un teatro en Mariúpol que albergaba a civiles y que tenía escrito en alfabeto cirílico la palabra “niños” en el suelo a ambos lados del edificio, el Ministerio de Defensa de Rusia acusó a “militares del batallón nacionalista Azov” de llevar a cabo el ataque. 

Nuevas imágenes del interior del teatro de Mariúpol 0:54

En el libro de jugadas de desinformación ruso, el movimiento Azov es un objetivo tentador, uno donde se pueden eludir los hechos y la desinformación.

La existencia de un elemento identificable como Azov dentro de las fuerzas armadas de Ucrania, y uno bastante efectivo, suscita interrogantes incómodas para el gobierno de Ucrania y sus aliados de Occidente, que continúan enviando armas al país.

CNN contactó con el Ministerio de Defensa de Ucrania para obtener comentarios.

En un pasado no tan lejano, el liderazgo de Azov defendió abiertamente opiniones supremacistas blancas y cultivó vínculos con grupos e individuos de mentalidad afín en occidente.

En 2010, Andriy Biletsky, ahora líder del Cuerpo Nacional, el brazo político del movimiento Azov, supuestamente dijo que su objetivo era “liderar las razas blancas del mundo en una cruzada final”, según The Guardian.

A pesar de la notoriedad a nivel internacional del movimiento Azov, Ucrania “no es una cloaca para los simpatizantes nazi”, según Alexander Ritzman, asesor sénior del proyecto Counter Extremism Project (CEP, por sus siglas en inglés), con sede en Berlín. 

Ritzman señaló que en las últimas elecciones en Ucrania en 2019, el ala política de Azov solo se llevó el 2,15% de los votos, con lo cual Biletsky perdió su escaño en el parlamento.

Además, afirma Ritzman, también hay destacados actores de ultraderecha en Rusia. “Existe un problema de ultraderecha en ambos bandos del conflicto, pero parece que hay un sesgo en informar solo sobre el problema de la ultraderecha en Ucrania”.

¿Cómo surgió Azov?

El Batallón Azov se formó en 2014, el mismo año en que los insurgentes respaldados por Rusia comenzaron a apoderarse de territorio en la región de Donbás, en el este de Ucrania, y Rusia invadió y capturó Crimea. En ese entonces, el ministro de Defensa de Ucrania instó a los batallones voluntarios a unirse a la campaña de resistencia y ayudar a su Ejército en dificultades.

El papel del batallón en la reconquista de Mariúpol en junio de 2014 de las fuerzas respaldadas por Rusia le dio el “estatus de héroe” en Ucrania, dijo Ritzmann.

Pero ese estatus vino cargado de las opiniones de ultraderecha de algunos miembros, así como insignias neonazis. Entre ellas estaba un sol negro, “un símbolo pagano del que se apropiaron los nazis para su pseudoreligión”, y el Wolfsangel, “un símbolo que también han adoptado los de ultraderecha”, dijo Ritzmann.

Azov

Andriy Biletsky, líder del partido político Cuerpo Nacional, habría dicho que su objetivo era "dirigir a las razas blancas del mundo en una cruzada final". Crédito: Pavlo Gonchar/SOPA Images/LightRocket via Getty Images

Los dirigentes de Azov han negado las asociaciones neonazis, afirmando que la "N" y la "I" del Wolfsangel representan "idea nacional".

Aunque el Batallón Azov fue cofundado por Biletsky, quien anteriormente dirigió el grupo de derecha radical Patriota de Ucrania, el grupo fue armado por el Estado y financiado en parte por oligarcas locales del este de Ucrania. Esa financiación incluyó dinero del magnate judío Ihor Kolomoisky, según Ritzmann. El Departamento de Estado de EE.UU. sancionó a Kolomoisky en marzo de 2021. El año anterior, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo puso bajo investigación por acusaciones de malversación y fraude.

CNN se puso en contacto con el abogado de Kolomoisky para obtener comentarios.

En 2016, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos acusó a los grupos armados de ambos bandos del conflicto de Donbás, incluido Azov, de abusos contra los derechos humanos.

Alcance internacional

Cuando el batallón Azov pasó a estar bajo el mando del Ministerio del Interior como regimiento en 2014, "combatientes con motivaciones políticas como (Andriy) Biletsky se marcharon y fundaron el movimiento Azov para poder hacer su trabajo ultranacionalista y de ultraderecha, que no se les permitía hacer en el Ejército de Ucrania", dijo Ritzmann.

El partido político que formó Biletsky, el Cuerpo Nacional, que el Departamento de Estado de Estados Unidos describió en 2018 como un grupo de odio nacionalista, "es esencialmente la columna vertebral de lo que hoy llamamos el movimiento Azov", dijo a CNN Kacper Rekawek, investigador del Centro de Investigación sobre el Extremismo (C-REX) de la Universidad de Oslo.

"El movimiento Azov es un peligroso actor clave de la ultraderecha transnacional y ha servido como centro de la red desde hace varios años con fuertes vínculos con los extremistas de derecha en muchos países de la Unión Europea y en Estados Unidos", dijo Ritzmann.

Azov

Activistas nacionalistas encienden bengalas y gritan consignas antirrusas durante una manifestación frente a las oficinas del presidente Volodymyr Zelensky en Kyiv, el 14 de octubre de 2020.

Olena Semenyaka, la jefa del departamento internacional del Cuerpo Nacional, asistió a un festival en 2018 organizado por neonazis alemanes; y en 2019 habló en el Foro Scanza de ultraderecha en Suecia junto al neonazi británico Mark Collett.

Desde su formación en 2014, el movimiento Azov ha crecido hasta incluir una milicia, campamentos de verano para niños y centros de entrenamiento paramilitar. Lleva a cabo actividades, incluyendo festivales de música, eventos políticos y torneos de artes marciales mixtas, mientras se promociona en el espacio internacional de la ultraderecha.

El Cuerpo Nacional ha demostrado repetidamente su desprecio por los valores liberales en la forma en que trata a los grupos minoritarios... con pocas repercusiones.

Un reporte del Departamento de Estado de Estados Unidos de 2018 descubrió que la milicia del movimiento "atacó y destruyó un campamento romaní en Kyiv después de que sus residentes no respondieran a su ultimátum para abandonar la zona en 24 horas", a la vista de la policía local.

La "estrella de la muerte"

Aunque la visión del mundo de ultraderecha del movimiento Azov es clara, se ha producido un intenso debate sobre si el Batallón Azov debe ser clasificado como "organización terrorista extranjera" por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

"La gente siempre asume que (el regimiento Azov y el movimiento Azov) es una Estrella de la Muerte", dijo Rekawek. "Año tras año, las conexiones (entre el regimiento y el movimiento) se relajan", dijo, explicando que las filas del batallón incluyen ahora a ucranianos que no tienen afinidad con su pasado neonazi.

Ritzmann afirma que el elemento de ultraderecha en el Ejército de Ucrania no es diferente de lo que se ha detectado en otros ejércitos, como en Alemania y Estados Unidos.

"Presumiblemente, los extremistas de derecha sirven en el Ejército de Ucrania como lo hacen en todos los demás ejércitos, no hay datos válidos con respecto a los números exactos", dijo.

"Ya en 2015, el propio Regimiento Azov afirmaba tener entre un 10% y un 20% de ultraderechistas en sus filas", pero esas cifras son posiblemente menores en la actualidad, dijo.

Sin embargo, el regimiento sigue utilizando el símbolo del Wolfsangel, y los líderes del movimiento Azov, que solían ser comandantes en la unidad, siguen visitándolo, dijo Oleksiy Kuzmenko, un periodista de investigación ucraniano-estadounidense centrado en la ultraderecha ucraniana.

"El líder actual del Regimiento Azov, Denis 'Redis' Prokopenko, es parte del núcleo del movimiento Azov desde 2014, y sirvió bajo comandantes que pasaron a liderar las alas política y de calle del movimiento Azov", dijo Kuzmenko a CNN.

El adjunto de Prokopenko, Svyatoslav "Kalyna" Palamar, ha elogiado explícitamente al fundador del movimiento, Biletsky, como "un líder que ‘encuentra patrocinadores que realmente invierten dinero’ en el regimiento", dijo Kuzmenko.

Azov

En esta foto tomada en las afueras de Kyiv el 14 de julio de 2017, un estudiante en un campamento paramilitar para niños llama la atención al rango.

Kuzmenko señala que a partir de 2021, el regimiento estaba "involucrado activamente en la formación de los líderes juveniles del movimiento", y su sitio web tiene un enlace al canal de YouTube del movimiento.

"La inacción de Ucrania y (de) Occidente en estos temas allanó el camino para que Putin los convirtiera literalmente en armas contra Ucrania en un intento de justificar su agresión", dijo Kuzmenko.

"Si bien es correcto señalar que la ultraderecha ucraniana tiene un apoyo electoral mínimo, ellos (Azov) han gozado de casi impunidad por la violencia dirigida a las minorías, no fueron controlados en sus esfuerzos por construir influencia en las fuerzas militares y de seguridad, y han sido normalizados por los altos líderes de Ucrania", dijo.

En una declaración enviada a CNN el miércoles, Prokopenko dijo: "Quien nos llame nazis está muy equivocado. Tenemos jóvenes soldados valientes que dan su vida por la independencia de Ucrania y se lanzan bajo los tanques enemigos".

Combatientes extranjeros

Desde que se formó, el movimiento Azov ha reclutado combatientes extranjeros motivados por el supremacismo blanco para luchar en Ucrania, según los expertos. La invasión a gran escala del país por parte de Rusia, y el llamamiento de Zelensky a los voluntarios extranjeros para que se unan a la lucha, han suscitado la preocupación por la radicalización en la guerra.

"Mi preocupación es que la gente, especialmente los extremistas de ultraderecha en Europa, adquieran experiencia de combate y entrenamiento en Ucrania y luego lo utilicen para ataques terroristas en Europa", dijo a CNN Colin P. Clarke, investigador principal del Centro Soufan, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación de la política exterior con sede en Nueva York.

Azov

Valentyna Konstantynovska, de 79 años, sostiene un arma durante un entrenamiento básico de combate para civiles organizado por el regimiento Azov el 13 de febrero de 2022.

En 2020, Buzzfeed reportó que Ucrania deportó a dos miembros del grupo neonazi con sede en Estados Unidos, Atomwaffen Division, que intentaban adquirir experiencia de combate con Azov.

Rekawek, un experto en combatientes extranjeros de C-REX, dijo que Azov solo ha podido reclutar a 20 combatientes extranjeros desde el inicio de la invasión de 2022. CNN no ha podido verificar esas cifras de forma independiente.

Por su parte, Rusia también tiene una próspera escena ultranacionalista que es tolerada por las autoridades.

El Russian Imperial Movement (RIM), una milicia de ultraderecha con sede en San Petersburgo, fue, en 2020, el primer grupo supremacista blanco en ser categorizado como "terroristas globales especialmente designados" por el Departamento de Estado de EE.UU. Aunque el RIM ha trabajado en la oposición al régimen de Putin, ha apoyado al bando ruso en la guerra contra Ucrania, entrenando a militantes rusos para que se unan a los separatistas prorrusos en el conflicto, según el Centro de Seguridad y Cooperación Internacional de la Universidad de Stanford (CISAC, por sus siglas en inglés).

Putin

El presidente de Rusia Vladímir Putin, se reúne con la líder del partido francés Frente Nacional, Marine Le Pen, en el Kremlin, en Moscú, el 24 de marzo de 2017.

"Nunca se han enfrentado a sus propios nacionalistas", dijo Rekawek. Según los expertos, Rusia también ha sido un actor en el espacio de la ultraderecha europea, ya que la francesa Marine Le Pen y el italiano Matteo Salvini gozaban de vínculos estrechos con Putin antes de la invasión de 2022.

Y de los "pocos cientos de individuos occidentales con convicciones de ultraderecha o ‘nacionalistas’" que viajaron para luchar en el conflicto de Ucrania alrededor de 2014, "la mayoría de esos voluntarios lucharon del lado de los separatistas prorrusos", según un reporte del CEP publicado en marzo.

Ritzmann ha encontrado en su investigación grupos prorrusos que piden voluntarios. Esto incluye "el contratista de seguridad ruso Wagner Group, que tiene un historial de portar insignias nazis", dijo en el reporte del CEP.

Pero en medio de la marea de millones de refugiados y de los daños incalculables en las ciudades ucranianas, algunos expertos afirman que la fijación de Rusia en un actor menor como el movimiento Azov tiene un propósito: permitir al Kremlin enmarcar el conflicto como una lucha ideológica e incluso existencial. Por muy alejado que esté de la realidad.