(CNN) – El flujo aparentemente infinito de contenido de expatriados en las redes sociales, desde los nómadas digitales en Estonia hasta los nuevos propietarios de casas antiguas en Italia, pasando por los jubilados en México, a veces puede pintar la imagen de que todo el mundo está abandonando Estados Unidos para vivir en otro país.
Aunque no se trata de un éxodo masivo, el número de estadounidenses que viven fuera del país no es insignificante. Se estima que unos 9 millones de ciudadanos estadounidenses vivían en el extranjero en 2020, según el Departamento de Estado. Y alrededor del 15% de los estadounidenses encuestados por Gallup en 2022 dijeron que querían abandonar EE.UU. definitivamente.
Según quienes ya lo han hecho, los relatos a menudo entusiastas de las nuevas vidas de los expatriados en el extranjero ocultan una parte importante de la historia: que, por encantador y emocionante que pueda ser vivir en otro país, hacerlo realidad requiere grandes dosis de perseverancia, preparación y meditación.
Muchos les dicen a los potenciales emigrantes que la mejor manera de iniciar el proceso es plantearse algunas preguntas difíciles sobre por qué quieren dejar Estados Unidos. ¿Buscas una mejor calidad de vida? ¿Quieres aprender otro idioma o educar a tus hijos en varios idiomas? ¿O simplemente quieres vivir una nueva aventura (que, según una investigación de The Washington Post, es la principal razón por la que los estadounidenses se trasladan al extranjero)?
“Lo más importante es saber por qué lo haces”, dice Doris Speer, presidenta de la Asociación de Estadounidenses Residentes en el Extranjero (AARO, por sus siglas en inglés), una organización con sede en París y miembros en 36 países. Piensa también más allá de una carrera, dice Speer: “No se trata solo de qué quieres hacer, sino de quién quieres ser”.
Speer, abogada que creció cerca de Detroit y vive y trabaja en París desde 2004, ha visto a docenas de estadounidenses dar el paso, tanto como presidenta de AARO como en su vida personal. Los resultados más satisfactorios (y menos estresantes), dice, se producen cuando las personas analizan con honestidad su motivación para dejar Estados Unidos y sus objetivos personales y profesionales con respecto a la vida en el extranjero, y eligen un destino que encaje bien con esa visión.
“Tienes que hacerlo por las razones correctas y elegir el lugar que se ajuste a ellas”, dice Speer. “No vayas con una idea romántica de lo que es el país: tienes que investigar a fondo”.
Esa investigación puede ser abrumadora, por supuesto. Hay libros y revistas enteros dedicados al tema y sus diversos nichos (sobre cómo convertirse en nómada digital o jubilarse en el extranjero, por ejemplo), por no hablar de innumerables blogs, podcasts y grupos de redes sociales. Pero estos recursos también son un buen punto de partida para lo que puede ser una de las decisiones más emocionantes que uno puede tomar.
Para obtener más consejos y opiniones sobre si mudarse al extranjero es la decisión correcta para ti, CNN Travel habló con expertos en reubicación, asesores financieros y emigrantes.
Ganarse la vida
Una de las primeras preguntas que se hacen los emigrantes es: ¿cómo puedo ganarme la vida en el extranjero? En la mayoría de los países, la respuesta tiene matices, pero está estrechamente ligada a la obtención de un permiso de trabajo o un visado de empleo. Solo investigar este proceso da una buena idea de la vertiginosa cantidad de burocracia y papeleo (consejo profesional: cuanto antes empieces a buscar documentos oficiales como certificados de nacimiento, licencias de matrimonio y títulos de educación secundaria, mejor).
Y si ya te parece complicado, imagínate cómo es el proceso sobre el terreno: visitando oficinas gubernamentales en persona, en un destino desconocido y, muy probablemente, en un idioma que (todavía) no hablas. Al igual que en EE.UU., el complicado proceso de obtener la documentación oficial para el empleo suele seguir la rutina del huevo o la gallina, una queja común entre los expatriados de todo el mundo. “Es circular: a menudo necesitas los papeles para conseguir el trabajo, y necesitas el trabajo para conseguir los papeles”, dice Speer.
El dilema del visado de trabajo es mucho menos complejo si te traslada tu empresa actual, que suele encargarse de los trámites y permisos necesarios. Otra opción es que te contrate una empresa con sede en tu nuevo país (o que tenga presencia allí).
Ese es el camino que siguió Lauren Gumport, quien tras visitar Tel Aviv en 2014, tenía el corazón puesto en vivir allí algún día. Gumport, que en ese momento vivía y trabajaba en Nueva York, estaba decidida a encontrar un trabajo antes de mudarse, a pesar de varios detractores, dice.
“Todo el mundo me decía que nunca conseguiría un trabajo por adelantado hasta que estuviera realmente allí, con los pies en el suelo, y no me gustaba que todo el mundo dijera eso”, dice Gumport, que se mudó a Tel Aviv en 2015 y ahora es vicepresidenta de comunicaciones en Faye, un proveedor de seguros de viaje con sede en Israel. “Y por eso me quedaba despierta cada noche conectando con gente en LinkedIn, haciendo entrevistas, enviando mis currículos, y al final conseguí dos ofertas de trabajo”.
Pero incluso si, como el nuevo empleador de Gumport, tu empresa se encarga del papeleo necesario, hay otros factores importantes que debes tener en cuenta durante el proceso de búsqueda de empleo, aconsejan los expertos.
“Si tienes un título profesional, sobre todo si una oferta de trabajo depende de ello, asegúrate de que tus cualificaciones estén reconocidas en el país al que te trasladas”, dice Karoli Hindriks, cofundadora y CEO de Jobbatical, una plataforma tecnológica con sede en Estonia especializada en la reubicación de empleados. “A menudo, las cualificaciones no son vistas por igual por todos los países, por lo que puedes encontrarte con que tienes que aportar cualificaciones o certificaciones adicionales para que te concedan la entrada en un nuevo país”.
Impuestos, impuestos, impuestos
Mudarse fuera de Estados Unidos significa que puedes despedirte de la agonía anual de pagar tus impuestos, ¿verdad? Error: el largo brazo del IRS se extiende más allá de océanos y fronteras.
Mientras seas ciudadano de EE.UU., estarás obligado a pagar impuestos, lo que significa que tendrás que presentar la declaración de la renta de EE.UU. todos los años, además de la de tu nuevo país de residencia (¡el doble de diversión!). Por desgracia, mudarse al extranjero significa que los impuestos se complican aún más: prepárate para familiarizarte con términos como FBAR y FEIE (informes del IRS que puede que tengas que presentar).
Una primera pregunta importante es si el país al que quieres mudarte tiene un convenio de doble imposición con EE.UU., dice Alex Ingrim, asesor financiero autorizado de la empresa de gestión de patrimonio global Chase Buchanan. Estos acuerdos permiten compensar determinados impuestos entre países, como el impuesto sobre la renta, lo que significa que no tendrás que pagar dos veces.
Como es lógico, los impuestos son un asunto complejo que puede causar grandes problemas (e incurrir en costosas multas) si no se gestionan adecuadamente, por lo que es aconsejable dejar la tarea en manos de un experto cualificado si puedes permitírtelo. “En la mayoría de los países hay que conseguir un abogado fiscal que te dé una estrategia y entienda cómo interactúa el sistema fiscal local con el estadounidense y los convenios de doble imposición”, dice Ingrim, ciudadano estadounidense que vive en Florencia, Italia, con su familia.
Otro aspecto importante que hay que investigar: si se pueden aprovechar determinados tratamientos fiscales a los que tienen derecho los extranjeros. Por ejemplo, en Países Bajos, los trabajadores altamente cualificados pueden acogerse a lo que se conoce como la norma del 30%, una ventaja fiscal por la que se les concede una desgravación del 30% de su salario bruto durante cinco años.
En general, es fundamental comprender bien cómo influye el empleo o el flujo de ingresos en el sistema fiscal del nuevo país.
“Se trata de dar un paso atrás y analizar la situación personal: ‘Bien, ¿de dónde proceden mis ingresos? Si me jubilo, ¿cómo es la Seguridad Social? ¿Estoy trabajando? ¿Hay un tratamiento fiscal especial para mi situación?’, y llegar a un acuerdo sobre cuáles van a ser tus ingresos netos al final del día”, dice Ingrim.
Añade que el trabajo por cuenta propia es otro asunto a tener en cuenta en relación con los impuestos, especialmente en Europa, donde los impuestos de la Seguridad Social son mucho más altos que en Estados Unidos.
“Si trabajas por cuenta propia o tienes tu propio negocio, también tienes que saber cuál es tu cuota de la Seguridad Social”, dice. “Esas tarifas también son muy altas. En muchos países alcanzan el 25%”.
Nómadas digitales y Golden Visas
Para los emprendedores que buscan una vía establecida para vivir y trabajar en el extranjero, el estatus de nómada digital parece seguir los pasos del antiguo certificado TEFL (enseñar inglés como lengua extranjera).
De hecho, gracias a la reciente explosión de oportunidades de trabajo a distancia, y dado que algunos países pretenden impulsar sus economías a través de trabajadores que toman café con leche y llevan una computadora portátil a las cafeterías, cada vez más países han implementado visados para nómadas digitales. Los detalles varían en función de factores como los ingresos y la duración, pero algunos de los programas más populares se encuentran en Portugal, Croacia y Bali, según Nomad List, un sitio web que clasifica los destinos en función de criterios como el costo de la vida, la asistencia sanitaria y la velocidad de Internet.
Aunque los visados para nómadas digitales pueden ser una opción atractiva, los interesados en conseguir uno también deberían intentar tener una visión a más largo plazo de sus planes, aconseja Ingrim. “Para mí, eso es lo más importante a la hora de solicitar un visado de nómada digital: simplemente [considerar] cuál es mi futuro aquí si me gusta, y tener eso en mente y entender cuáles pueden ser tus opciones”, afirma.
Al igual que ocurre con los visados para nómadas digitales, Ingrim afirma que su empresa ha observado recientemente un creciente interés entre los estadounidenses por el tema de los Golden Visas, que suelen referirse a un tipo de visado que ofrecen varios países europeos y que depende de un determinado nivel de inversión. También hay que tenerlos muy en cuenta, aconseja.
“Lo que siempre digo a mis clientes es: ‘¿Ya viste las otras opciones?’, porque hay muchas formas de instalarse en Portugal, hay muchas formas de instalarse en España, Italia o Grecia”, dice Ingrim. “Es un tema con muchos matices, y obviamente no soy abogado de inmigración, pero nos lo preguntan mucho. Y a menudo me pregunto por qué alguien opta por esa vía”.
Haz una prueba
Seguro que ya has visitado al menos una vez el país al que quieres mudarte, y si no es así, es hora de que lo hagas. Los expertos en reubicación recomiendan programar una visita prolongada, lo ideal sería de al menos unas semanas y hasta de unos meses, según el tiempo que se te permita como turista o no residente, para asentarte y hacerte una idea real de la vida cotidiana más allá de los lugares turísticos.
Ande Wanderer, escritora y consultora que se mudó de Atlanta, Georgia, a Buenos Aires en 2003, denomina a este paso “inmersión deliberada”, que puede revelar “conocimientos indispensables” sobre tu posible nuevo hogar.
“Aunque puedes conseguir información preliminar en plataformas online como blogs y redes sociales, no hay nada mejor que sumergirse en la cultura”, dice Wanderer. “Esto incluye hacerse una idea de los requisitos previos para obtener un visado, el coste real de la vida, evaluar las opciones sanitarias y de alojamiento, y empezar a entender las cuestiones lingüísticas y culturales”.
Además de ayudar a establecer esa lista de cosas por hacer, un viaje de exploración también ofrece una auténtica prueba de cómo podría ser la vida en tu posible nuevo país.
Speer recuerda a una amiga que, en una visita de reconocimiento de mes y medio a México, se dio cuenta de que necesitaba un lugar “más animado” para su hogar a tiempo completo.
“Fue lo más inteligente, porque al final de las seis semanas dijo: ‘no, ésta no es la ciudad para mí’”, dice Speer. “‘México es el lugar, pero ésta no es la ciudad para mí’”.
Por último, según Wanderer, un viaje prolongado antes de mudarse también “puede ayudar a contrarrestar uno de los obstáculos más comunes: albergar nociones demasiado idealistas de la vida más allá de las fronteras estadounidenses”.
Averiguar las finanzas
Si sabes dónde vas a vivir y tienes una idea aproximada de lo que podrías ganar en el extranjero, es una buena idea empezar a hacer una estimación aproximada del costo de la vida. También necesitarás tener una idea básica de tus gastos principales, incluidos el alquiler y los comestibles (otra ventaja de hacer un viaje de reconocimiento).
La salud y el cuidado de los niños son otros gastos importantes a tener en cuenta. Sin embargo, muchos emigrantes de EE.UU. descubren que, incluso con impuestos más altos en su nuevo país, los costes sanitarios y de guardería mucho más bajos son una gran ventaja de vivir en el extranjero.
Gumport, por ejemplo, paga el plan más alto disponible para su seguro, que, según ella, cuesta alrededor del 5,7% de lo que pagaría si viviera en Estados Unidos. Y en algunos países europeos, como Alemania, las guarderías están muy subvencionadas por el Estado, una gran ventaja para los padres.
Si estás pensando en jubilarte en el extranjero, muchos sitios web, como International Living, ofrecen herramientas de cálculo para calcular cuánto necesitas, mientras que algunos asesores financieros ofrecen una consulta inicial gratuita. Estos expertos también pueden ofrecerte información sobre cómo gestionar tus cuentas de jubilación y otros activos financieros en Estados Unidos.
Y aunque algunos lugares permiten a los extranjeros vivir de fuentes de ingresos procedentes exclusivamente de otros países, Speer recuerda a los posibles emigrantes estadounidenses que las divisas fluctúan y que el dólar no siempre es fuerte, por lo que conviene planificar las finanzas en consecuencia, sobre todo si se vive exclusivamente de los ahorros.
Otros intangibles
Uno de los aspectos más impactantes de mudarse al extranjero es la posible barrera del idioma. Para cualquiera que esté pensando en mudarse a un país donde no se hable mucho inglés, Speer “recomienda encarecidamente” tener conocimientos básicos de la lengua oficial y, si no es así, ser sincero consigo mismo sobre si realmente va a hacer el esfuerzo de aprenderla.
“Y si nunca vas a ser capaz de hablar otro idioma, céntrate en países donde los anglófonos puedan desenvolverse con facilidad”, dice. “[Muchos] países son más o menos buenos en eso, pero no pienses que todo el mundo habla inglés. Porque aunque lo hagan, te van a dar papeleo [en esa lengua oficial]”.
Otro factor importante que, en medio de la expectativa ante una posible mudanza, a veces es fácil pasar por alto, es el clima de tu nuevo destino.
Para Gumport, era una gran prioridad: además de encontrar trabajo, el sol de Israel fue el otro factor principal para trasladarse a Tel Aviv. Ahora vive muy cerca de la playa y le encantan los paseos diarios con su perro en “un tiempo veraniego [que] dura hasta noviembre”.
“Cuando pensaba en mudarme, barajaba Dublín, donde estudié en la universidad, o Tel Aviv. Y sobre todo por el clima me decanté por Tel Aviv. Es maravilloso en cuanto a calidad de vida”.
De hecho, una mejor calidad de vida es un factor determinante para muchas personas que se plantean irse de Estados Unidos. Speer afirma que, aunque la perspectiva de desarraigarse de su vida puede parecer desalentadora, también es totalmente factible para cualquiera que tenga la mentalidad adecuada y sentido de la aventura. Y tanto si decides quedarte un año como si te quedas para siempre, dar el salto de fe casi siempre compensará de alguna manera, afirma.
“Es enriquecedor, te abre la mente, te abre la perspectiva, te permite vivir una vida más plena y tener experiencias diferentes y variadas que no tendrías si no te hubieras trasladado al extranjero”, afirma. “Yo no sería quien soy hoy si no me hubiera ido al extranjero”.