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Análisis

ANÁLISIS | Los líderes de Medio Oriente y Estados Unidos intentaron evadir la cuestión palestina. Es posible que eso ya no funcione

Por Abbas Al Lawati

(CNN) -- El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aseguró en agosto pasado que la cuestión palestina se había convertido en una mera “casilla de verificación” para los estados árabes que buscan establecer vínculos con el Estado judío, sugiriendo que se trataba de un asunto de dientes para afuera en favor de una causa obsoleta.

“Tienes que 'marcarla' para decir que lo estás haciendo”, dijo. La cuestión palestina, afirmó, se aborda “mucho menos de lo que se piensa” en las negociaciones con los estados árabes.

Un mes después, el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, reconoció la existencia de conversaciones para normalizar las relaciones con Israel. A cambio del reconocimiento, aseveró, Israel tendría que “facilitar la vida de los palestinos”, sin llegar a pedir un estado palestino. Estas conversaciones implicaban que Arabia Saudita abandonara de forma efectiva una promesa —que sostuvo durante dos décadas— de solo hacer las paces con Israel después de que éste se retirara por completo del territorio que ocupa.

Pero el brutal ataque de Hamas contra Israel de este fin de semana ha vuelto a poner la cuestión palestina en el centro de la atención internacional y puede haber obstaculizado los esfuerzos de Israel por ampliar lo que Netanyahu llama el “círculo de paz”, en referencia a las naciones árabes que han evadido la cuestión palestina para establecer vínculos con Israel.

El ataque, que mató a 1.200 personas en Israel y provocó ataques aéreos israelíes que mataron a 1.055 en Gaza, fue un “evento que cambió las reglas del juego” en el conflicto entre palestinos e israelíes, según Omar Rahman, miembro del Consejo de Asuntos Globales de Oriente Medio que se centra en las cuestiones palestinas.

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“Durante años, los líderes (israelíes) han creído que pueden aislar indefinidamente a los palestinos en enclaves que parecen ghettos”, dijo a CNN. “A la comunidad internacional ya no parece importarle, y los aliados árabes de los palestinos están abrazando al gobierno más de derecha de la historia de Israel. Esto ha dejado a los palestinos sin esperanza ni horizonte político, enfrentando un futuro de subyugación permanente”.

Un acuerdo saudita-israelí habría sido una importante victoria diplomática para Netanyahu en sus esfuerzos por poner fin al aislamiento regional de Israel sin hacer concesiones notables con los palestinos, y un importante logro de política exterior para el gobierno de Biden antes de las elecciones presidenciales del próximo año.

La tendencia árabe a normalizar las relaciones con Israel comenzó en 2020, cuando los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Marruecos y Sudán reconocieron al Estado judío y al mismo tiempo prestaron apoyo retórico a la causa palestina. El acuerdo, denominado Acuerdos de Abraham, fue facilitado por el gobierno de Trump y promocionado como un histórico punto de inflexión en la región.

La normalización como piedra angular de la política estadounidense

Estados Unidos ha hecho de la normalización árabe-israelí una piedra angular de su política en Medio Oriente, que según los críticos se ha producido a expensas de asuntos más urgentes. La exclusión de los palestinos de tales acuerdos ha sido criticada en muchos sectores.

Cuando los Emiratos Árabes Unidos reconocieron a Israel en 2020, dijeron que hacerlo estaba condicionado a que Israel renunciara a sus planes de anexar partes de la Ribera Occidental, pero los críticos han dicho que el texto del acuerdo no menciona esa condición y solo hace referencia dos veces a la cuestión palestina.

“El gobierno de Biden está persiguiendo este nuevo y brillante juguete llamado normalización”, dijo Khaled Elgindy, investigador principal del Instituto de Medio Oriente y director de su Programa sobre Palestina y Asuntos Palestinos-Israelíes.

La comunidad internacional se había vuelto complaciente con la difícil situación de los palestinos y siguió adelante, aseguró, y agregó que los acontecimientos del fin de semana pasado podrían colocar el tema “de nuevo en la agenda regional, internacional y de las grandes potencias”.

El mes pasado, el rey Abdullah de Jordania arremetió contra el proceso de normalización saudita-israelí, diciendo que incluso los estados árabes que ya han reconocido a Israel se encuentran en una posición difícil “cuando israelíes y palestinos están muriendo”.

"La creencia de algunos en la región, de que se puedes lanzarte en paracaídas sobre Palestina, tratar con los árabes y regresar, no funciona", dijo en una conferencia en Nueva York (Netanyahu dijo a CNN el mes pasado que cree que hacer las paces con Arabia Saudita podría eventualmente conducir a la paz con los palestinos).

En un mordaz editorial el día del ataque de Hamas, el periódico de izquierda más destacado de Israel, Haaretz, culpó directamente a Netanyahu por, entre otras razones, “adoptar una política exterior que ignoraba abiertamente la existencia y los derechos de los palestinos” mientras intentaba llegar a un acuerdo con Arabia Saudita.

Elham Fakhro, investigador asociado de Chatham House en Londres y autor de un libro de próxima aparición sobre la normalización árabe-israelí, dijo que las conversaciones de normalización sauditas no pueden continuar mientras Israel esté en guerra con Gaza.

“Tanto (los presidentes Donald) Trump como (Joe) Biden hicieron de la normalización árabe con Israel su principal enfoque diplomático en la región, al tiempo que descuidaron avanzar en cualquier tipo de conversaciones de paz significativas entre Israel y los palestinos”, dijo a CNN. "La dramática escalada del conflicto que estamos presenciando hoy es un resultado directo de esta negligencia".

Pero Estados Unidos no está dispuesto a permitir que los ataques del fin de semana pasado obstaculicen la normalización.

"Seguimos creyendo que la normalización entre Israel y Arabia Saudita no sólo es buena para los pueblos de esas dos naciones, sino también para el pueblo estadounidense y para todos los demás en la región", dijo el martes el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby. "Y tenemos toda la intención de seguir fomentando un proceso en el que pueda producirse la normalización".

Arabia Saudita adopta un enfoque tradicional

Las perspectivas de normalización entre Arabia Saudita e Israel parecían haber alcanzado un nivel tan avanzado, que apenas el mes pasado el gobierno de Biden presentó al mundo un plan histórico para conectar a la India con Europa a través de una red comercial marítima y ferroviaria que también uniría a Arabia Saudita con Israel. El plan fue ampliamente percibido como un desafío a las ambiciones comerciales de China y en teoría se habría activado después de que Arabia Saudita e Israel normalizaran sus relaciones.

Pero los ataques de Hamas y la letal respuesta de Israel han llevado a Riad a adoptar un enfoque más tradicional ante el conflicto.

En respuesta al ataque del sábado, Arabia Saudita culpó a Israel por su “continua ocupación y privar al pueblo palestino de sus derechos legítimos”, sin llegar a condenar a Hamas, que es una rama del grupo de los Hermanos Musulmanes que Riad considera una organización terrorista. Mohammed bin Salman habló por teléfono con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, el martes y le expresó su solidaridad.

El lunes, el destacado comentarista saudita Mohammed Al Yahya escribió en un artículo del Washington Post que los funcionarios sauditas estaban frustrados ante la idea de que se habían vuelto indiferentes a la causa palestina. Pero afirmó que la idea de una retirada total de Israel del territorio que detonó en la guerra de 1967, como había exigido anteriormente Arabia Saudita, estaba “anticuada”.

Las naciones árabes que normalizaron sus relaciones con Israel en 2020 parecen haberlo hecho a pesar de la fuerte oposición pública a la medida, según una encuesta realizada por el Instituto Washington el año pasado. La opinión pública contra la normalización puede endurecerse aún más si Israel lleva a cabo una invasión terrestre potencialmente devastadora en Gaza, añadiendo más presión desde la calle árabe. En los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Arabia Saudita, alrededor de las tres cuartas partes de sus poblaciones se oponían a la normalización con Israel, según la encuesta.

"Creo que el objetivo final (de la operación de Hamas) es garantizar que no se vuelva al status quo anterior", dijo Elgindy. "El objetivo era acabar con esta sensación de complacencia israelí".

Con información de Nadeen Ebrahim.