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Análisis

ANÁLISIS | El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, se enfrenta a un dilema decisivo sobre Ucrania

Por análisis de Stephen Collinson

(CNN) -- El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Mike Johnson, tiene en sus manos el destino de una democracia y de un pueblo.

No es Estados Unidos el que sobrevivirá, incluso si las próximas elecciones generales resultan en otra prueba existencial para el sistema constitucional.

El país que Johnson tiene el poder de salvar es Ucrania, dos años después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, lo invadiera y decretara que no tenía derecho a existir.

Los soldados de Ucrania, atrapados en un infierno de guerra de trincheras al estilo de la Primera Guerra Mundial, se están quedando sin balas. Hay señales de que Rusia podría estar a punto de romper un punto muerto e inclinar la guerra a su favor.

Macron plantea el envío de tropas occidentales a Ucrania, diciendo que Europa "hará todo lo posible para evitar que Rusia gane".

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Johnson, un representantes que fue la última opción para liderar la mayoría republicana amotinada en la Cámara de Representantes el año pasado, podría aliviar la agonía de Ucrania y ayudar a asegurar su supervivencia como nación independiente en los próximos días. Podría permitir una votación sobre un proyecto de ley que incluye US$ 60.000 millones en ayuda que, según el Pentágono, es necesaria para permitir que Kyiv continúe luchando eficazmente. Probablemente se aprobaría con una cómoda mayoría bipartidista.

La renuencia del republicano de Louisiana a hacerlo es un comentario sobre el creciente poder del favorito del Partido Republicano, Donald Trump, el brusco alejamiento de su partido de su herencia globalista prodemocracia y tal vez incluso su propia ambición desde que pidió prestados votos demócratas para financiar la defensa de Ucrania podría costarle la presidencia.

El presidente de la Cámara Baja se encuentra bajo una presión extrema en múltiples frentes, en el país y en el extranjero, a medida que las crisis coincidentes que pospuso por su joven presidencia llegan a ebullición al mismo tiempo. Lo más inmediato es que, sin un acuerdo presupuestario con el Senado demócrata, el Gobierno podría precipitarse hacia un cierre parcial el fin de semana.

Su situación se destacará en una reunión de los cuatro principales líderes del Congreso en la Casa Blanca, este martes, convocada por el presidente Joe Biden.

El tranquilo louisiano está asediado por llamamientos cada vez más intensos entre los republicanos que se oponen a una mayor ayuda a Ucrania, especialmente del ala pro-Trump de su conferencia, mientras busca aferrarse a su puesto por más tiempo que su desafortunado predecesor Kevin McCarthy. Pero el solitario dilema de Johnson se está agudizando a medida que la administración lo señala como el único hombre que puede frustrar o permitir el intento de Putin de borrar a Ucrania del mapa. El presidente Volodymyr Zelensky advirtió crudamente en una entrevista con Kaitlan Collins, de CNN, que su país no podría lograr repeler a Rusia sin la ayuda. Los Gobiernos extranjeros que temen que la coalición occidental contra Moscú pueda desmoronarse sin el dinero y la influencia de Estados Unidos han estado pidiendo al presidente que actúe. Y la presión de las fuerzas de Zelensky que enfrentan derrotas en el campo de batalla amenaza con echar la culpa a los republicanos si las armas que se necesitan desesperadamente no llegan pronto al frente.

Es un panorama desalentador para un presidente de la Cámara de Representantes que surgió de la oscuridad hace solo unos meses y que carece de la experiencia, el conocimiento del conteo de votos y la influencia necesarios para engatusar a una mayoría republicana para que se ponga en forma.

Hasta ahora, Johnson ha ofrecido poca evidencia de que tenga la destreza política para salir de su situación peligrosa. Pero incluso un maestro en la demostración de fuerza parlamentaria podría tener dificultades con una mano tan débil. Su diminuta mayoría significa que puede permitirse el lujo de perder solo un puñado de votos entre los miembros del Partido Republicano para aprobar un proyecto de ley, una realidad que otorga a los miembros extremistas una enorme influencia. El destino de McCarthy, derrocado el año pasado por su propio bando, arroja dudas diarias sobre la capacidad de Johnson para sobrevivir. La amenaza proviene del flanco de extrema derecha del propio presidente de la Cámara Baja, de un partido que es cada vez más nacionalista, populista y aislacionista después de haber sido transformado por Trump. Un paquete de ayuda de US$ 60.000 millones para una democracia extranjera es incompatible con el credo del movimiento del expresidente “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, y cuenta con la oposición mayoritaria de los votantes republicanos de base.

Así que incluso si Johnson quisiera rescatar a Ucrania, podría resultar políticamente imposible hacerlo. No se puede garantizar nada en un Congreso fraccionado, con una mayoría republicana en la Cámara de Representantes que ha vuelto a Estados Unidos casi ingobernable y está amenazando su papel de liderazgo global.

Se avecina una tensa reunión en la Casa Blanca

Johnson se verá superado en número el martes. Junto a él en los sofás de la Oficina Oval estarán el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries; el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, y el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, quienes apoyan el rápido y significativo envío de fondos a Ucrania.

“Hay una fuerte mayoría bipartidista en la Cámara Baja lista para aprobar este proyecto de ley si llega a la sala”, dijo el domingo el asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, en el programa “State of the Union”, de CNN. “Y esa decisión recae sobre los hombros de una sola persona. Y la historia está observando si el presidente [de la Cámara] Johnson presentará ese proyecto de ley. Si lo hace, se aprobará y le daremos a Ucrania lo que necesita para tener éxito”. Sullivan añadió: “Si no lo hace, no podremos darle a Ucrania las herramientas necesarias para enfrentarse a Rusia, y Putin será el principal beneficiario de ello”.

Pero la presión que Johnson enfrenta en la Casa Blanca palidecerá en comparación con la furia que invocará en el Capitolio si cede ante Biden. Para algunos republicanos, aprobar un nuevo paquete de ayuda a Ucrania constituiría otro grave fracaso para una mayoría de la Cámara de Representantes que ha enfurecido repetidamente a sus legisladores más derechistas al no llegar a implementar recortes de gasto extremos, a pesar de la realidad de que el poder político de Washington es dos tercios controlado por los demócratas.

El destino de Ucrania también es rehén de la creciente suerte política de Trump. El expresidente todavía está furioso por su primer juicio político, que giró en torno a un intento de coaccionar al Gobierno de Zelensky, y parece favorecer a Putin sobre la democracia en el conflicto. Ha advertido que no se debe enviar más ayuda estadounidense mientras centra su campaña en la crisis de la frontera sur, aunque no ha descartado por completo la ayuda a Ucrania. Por ejemplo, dijo en una publicación en las redes sociales el 10 de febrero que un préstamo podría ser posible, aunque Ucrania, con su economía destrozada, no estaría en condiciones de pagarlo en el corto plazo. El plan de Trump parecía más un plan con fines de lucro que una defensa de una nación bajo ataque. “Nunca más deberíamos dar dinero sin la esperanza de una devolución o sin 'condiciones'. ¡Estados Unidos de América ya no debería ser “estúpido”!, escribió Trump en Truth Social.

Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes se aferran a la idea de que no puede haber ayuda para Ucrania sin un nuevo y vigoroso esfuerzo para asegurar la frontera sur de Estados Unidos, luego de un número récord de encuentros con inmigrantes a fines del año pasado. No hay duda de que hay una crisis fronteriza. Pero Trump y los republicanos de la Cámara de Representantes se combinaron para acabar con un compromiso bipartidista en el Senado que habría producido las reformas de aplicación de la ley más conservadoras en años, aparentemente porque el expresidente quería privar a Biden de una victoria en un año electoral.

Pero el mensaje del Partido Republicano es una fuerza unificadora en el partido. "Muchos ciudadanos dicen: vamos a enviar miles de millones de dólares para proteger a Ucrania mientras nuestro país permanece abierto", dijo el domingo el representante Byron Donalds, de Florida, un aliado de Trump, en el programa "Meet the Press", de NBC.

Calor del extranjero

Johnson está siendo objeto de una enorme presión por parte de Zelensky, quien está cada vez más desesperado dadas las crecientes dudas sobre su capacidad para resistir a las fuerzas de Putin en el largo plazo. El presidente ucraniano señaló en una entrevista con CNN que Johnson le había asegurado previamente su apoyo. "¿Qué puedo hacer? No puedo presionar al presidente [de la Cámara de Representantes]. Esta es su decisión. Pero creo que comprende todos los desafíos que tenemos”, dijo Zelensky.

“Tengo que confiar. Pero ya veremos”.

Johnson también se enfrenta a una intensa presión por parte de las principales voces de la alianza occidental. En diciembre, en Estados Unidos, el secretario de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, se reunió con él y le dijo a CNN que Washington era el eje de todo el esfuerzo bélico y que el dinero haría una “gran diferencia”. Desde entonces ha continuado defendiendo el paquete, ganándose la ira de una de las principales partidarias de Trump en la Cámara Baja, la representante Marjorie Taylor Greene, de Georgia, quien dijo que el lord británico podría “besarme el tra***o”.

Otros amigos de Estados Unidos advierten a Johnson de un golpe catastrófico al prestigio y poder de Estados Unidos en el extranjero si no se aprueba el paquete. El ministro de Asuntos Exte,riores polaco, Radoslaw Sikorski, imploró a Johnson que considerara las consecuencias de seguir retrasando el salvavidas de Estados Unidos para Ucrania. "Yo diría, señor presidente, que es el destino de Ucrania, es el pueblo torturado de Ucrania el que le ruega, pero también es la credibilidad de su país lo que está en juego", dijo Sikorski al programa "Fareed Zakaria GPS", de CNN, el domingo. El ministro señaló que Biden viajó a Kyiv el año pasado y puso en juego la credibilidad de Estados Unidos, y agregó: “La palabra de Estados Unidos ha sido pronunciada. Es necesario que le sigan medidas”.

El representante demócrata Seth Moulton, de Massachusetts, dijo a CNN el lunes, después de regresar de un viaje a Asia, que los aliados de Estados Unidos estaban observando de cerca las medidas de Johnson porque lo que haga a continuación influirá en otros adversarios de Estados Unidos.

"Fue increíble. Los funcionarios tanto en Taiwán como en Japón estaban sumamente concentrados en si entregaríamos o no ayuda a Ucrania debido al mensaje que eso envía a Xi Jinping en China, alguien, un dictador, que ha dicho que quiere invadir Taiwán”, dijo Moulton en “CNN News Central”.

Si la persuasión no influye en Johnson, la presión de los acontecimientos sí podría hacerlo. Los funcionarios ucranianos y estadounidenses ya están advirtiendo que la escasez de municiones está generando pérdidas de territorio y un aumento de las víctimas. Si los ucranianos, superados en armas, sufren una serie de derrotas en el campo de batalla (y las fuerzas de Putin avanzan), se podría culpar al presidente de la Cámara Baja y a su mayoría republicana de una crisis que podría amenazar a la OTAN y aumentar las posibilidades de que las hostilidades involucren a tropas estadounidenses.

“Si Estados Unidos no proporciona asistencia militar, pronto comenzaremos a ver a los rusos lograr avances significativos”, dijo el lunes el académico del American Enterprise Institute, Frederick Kagan. "Si no brindamos más ayuda, es muy posible que terminemos viendo que la línea del frente comienza a moverse muy rápidamente hacia el oeste a finales de este año".

El enigma de Johnson tiene sus raíces en una política interna traicionera, pero tiene profundas implicaciones internacionales. Y no hay señales de que sepa cómo solucionarlo.