Tras la compra de los F-16 por parte de Argentina, ¿cómo se compara el poder aéreo de los países de América Latina?
(CNN Español) -- Luego de largas negociaciones, el Gobieno de Argentina firmó a mediados de abril la compra de 24 cazas F-16 Fighting Falcon a la Fuerza Aérea de Dinamarca, la mayor adquisición de aeronaves militares realizada por el país en décadas y la más reciente ampliación de poder aéreo ocurrida en América Latina.
Los aviones tardarán en incorporarse a la Fuerza Aérea Argentina ya que no hay plazo oficial de entrega, pero cuando lo hagan significarán un cambio importante en su capacidades militares: desde 2015, cuando pasaron a retiro los longevos cazas Mirage III, Argentina no cuenta con cazas supersónicos en su arsenal y sus capacidades aéreas están seriamente limitadas por un gasto en Defensa que ha permanecido bajo en las últimas décadas.
Argentina no será el primer país latinoamericano en operar los cazas F-16, aeronaves fabricadas por la estadounidense Lockheed Martin que han sido exportadas a todo el mundo: Chile y Venezuela también vuelan el modelo, además de otros en sus respectivas flotas.
Brasil, Perú, Colombia, Cuba, Honduras y México también operan cazas supersónicos, es decir aeronaves que pueden volar más rápido que la velocidad del sonido (situada en unos 1.225 kilómetros por hora), y de capacidades similares a los F-16.
Esta es una comparación del poder aéreo de los principales países latinoamericano.
El poder aéreo en América Latina
Los datos sobre las distintas flotas militares en la región provienen del balance militar 2024 publicado por el International Institute for Strategic Studies (IISS), un centro de estudios con sede en Londres.
Argentina
Los F-16 aún no llegan a Argentina y no está claro cuándo lo harán, por lo que la Fuerza Aérea Argentina continúa sin capacidades supersónicas y con un inventario de 22 aeronaves en capacidad de combatir, entre ellas los cazabombarderos subsónicos Douglas A-4AR (de origen estadounidense) y los aviones de ataque ligero y entrenamiento Pampa, de fabricación local.
Brasil
En comparación, el país más grande de América Latina cuenta con 185 aviones en capacidad de combatir, entre ellos 47 cazas supersónicos Northrop F-5 Tiger II (también de origen estadounidense) y 24 aviones de ataque AMX A-1 (un desarrollo entre Italia y Brasil).
Pero la joya de la Fuerza Aérea Brasileña son los modernos cazas suecos Saab Gripen: hay seis en el país, pero se espera la llegada de decenas más en el marco de un acuerdo firmado en 2013, parte de los cuales se fabricarán en Brasil.
Chile
Chile es uno de los principales usuarios del caza F-16 en América Latina: cuenta con 46 en sus versiones AM, BM, C y D, tanto de caza como de bombardeo y ataque a tierra.
Pero entre las 76 aeronaves de la Fuerza Aérea chilena en capacidad de combatir hay también 12 cazas F-5 Tiger III, desarrollo del Tiger II.
Colombia
Colombia cuenta con 64 aeronaves en capacidad de combatir, entre estas 22 cazas supersónicos IAI Kfir, fabricados en Israel en base al caza francés Mirage 5.
Cuba
Cuba cuenta con una flota de aeronaves de origen soviético y ruso –10 de estas en capacidad de combatir–, entre las cuales figuran los cazas supersónicos MiG-29 y MiG-21.
Honduras
Honduras es uno de los pocos países de Centroamérica que opera aviones supersónicos: entre sus 17 aeronaves en capacidad de combatir, cuenta con 11 cazas F-5 Tiger II.
México
La Fuerza Aérea de México cuenta con 80 aviones en capacidad de combatir, pero apenas 5 son cazas supersónicos F-5 Tiger II.
Como Argentina, México es uno de los países que menos gasta en Defensa en la región, de acuerdo tanto con datos del SIPRI como del Banco Mundial.
Perú
Entre los 60 aviones en capacidad de combatir de la Fuerza Aérea de Perú figuran aeronaves supersónicas de origen soviético y occidental, ente ellos 19 MiG-29 y 12 Mirage 2000 (provenientes de Francia).
Venezuela
La Fuerza Aérea de Venezuela también opera una flota de orígenes diversos. Es uno de los dos usuarios regionales actuales del F-16 (tiene 18 en versiones A y B), pero también vuela 21 Sukhoi Su-30 de origen ruso, de un total de 79 aeronaves en capacidad de combatir.
¿Crece el gasto en Defensa?
La adquisición de aviones por parte de Argentina no es, sin embargo, un hecho aislado. En un mundo afectado por conflictos armados de cada vez mayor envergadura, entre los que se destacan la guerra en Ucrania y el conflicto entre Israel y Hamas, que tiene repercusiones regionales, pero también la guerra civil en Siria y en Sudán, entre otros, la compra de armas están en aumento.
Según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), un gabinete de estudios internacionales con base en Estocolmo que monitorea las compras globales de armamento, el gasto global en Defensa trepó en 2023 a US$ 2.443 billones, un 6,8% más que en 2022. El salto porcentual es el más alto desde 2009, y el valor total el más alto registrado por el SIPRI.
En tanto el gasto en Defensa global lleva nueve años en aumento, de acuerdo con la misma fuente.
Mientras tanto, los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que prestan ayuda militar a Ucrania, están expandiendo el gasto en Defensa con el objetivo de cumplir el requisito de 2% de su producto bruto impuesto por la alianza.
Si hablamos de "cañones o mantequilla", el popular modelo que usan los economistas para explicar la escasez, la compensación y el equilibrio del gasto en un país, el mundo parece estar concentrado en comprar más cañones a costa de mantequilla.
Sin embargo, el gasto en Defensa en América Latina sigue siendo bajo. Según el Banco Mundial, solo Colombia supera el umbral del 2% y dedica un 3,1% de su producto a la Defensa. Mientras que México, Venezuela e incluso Argentina, a pesar de esta compra, están entre los que menos gastan en Defensa, por debajo del 1%.
Con información de Joaquín Doria y Damián Martino.