Gareth Bale. Solo podía ser él. No solo es la estrella, el artífice del regreso de Gales al Mundial después de 64, también fue la figura de un partido que parecía perdido.
Estados Unidos fue superior en el primer tiempo y el gol de Timothy Weah, el hijo del legendario Balón de Oro y presidente liberiano George Weah, fue la manifestación de esa superioridad. Fue asistido por Christian Pulisic, el mejor estadounidense en la cancha.
Pero el sueño americano no se pudo concretar: el agente de aduanas fue Gareth Bale que vuelve a la escena global después de varios años de haber brillado por última vez en el Real Madrid.
No le bastó mucho a Bale ni fue su mejor noche, pero lo que hizo fue suficiente para mantener la incertidumbre de la clasificación a octavos tanto de Estados Unidos como de Gales, pues la victoria de Inglaterra ante Irán le dan ventaja a los ingleses.
La entrada de Moore en el segundo tiempo fue clave para Gales. En el minuto 82, Bale buscaba controlar un balón en el área y Zimmerman le cometió una falta. Bale no falló el penalti.
Un punto para Gales y dos puntos que se le escaparon a EE.UU. cuando los creía en el bolsillo.