La tregua entre Israel y Hamas está en su cuarto y potencialmente último día y existe una presión creciente en ambas partes para extender la pausa en los combates.
Desde el viernes, Hamas ha liberado hasta el momento a 58 rehenes e Israel liberó de sus cárceles a 117 prisioneros palestinos.
Pero si bien Israel y Hamas pueden estar dispuestos a extender la tregua, hacerlo estará plagado de dificultades.
Problemas logísticos: No todas las aproximadamente 240 personas llevadas a Gaza durante el ataque del 7 de octubre contra Israel son, o eran, parte de Hamas, el grupo militante que lanzó el ataque. Más de 40 de los rehenes están retenidos por grupos distintos de Hamas, dijo a CNN una fuente diplomática informada sobre las negociaciones.
CNN informó anteriormente que entre 40 y 50 rehenes estaban retenidos por la Jihad Islámica Palestina u otros grupos militantes.
El acuerdo de tregua exige que Hamas –y no otro grupo– entregue rehenes a cambio de prisioneros palestinos. Y por eso, incluso si Hamas está dispuesto a extender la tregua, puede tener dificultades para localizar rehenes adicionales. Coordinar su liberación también puede resultar difícil, ya que las comunicaciones en Gaza han sido degradadas por los ataques aéreos israelíes.
El primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, que ayudó a negociar el acuerdo inicial, dijo al Financial Times que cualquier extensión de los combates depende de que Hamas pueda encontrar más rehenes.
"Si consiguen más mujeres y niños, habrá una extensión", dijo Al-Thani, y agregó que uno de los propósitos de la tregua era que Hamas "buscara al resto de las personas desaparecidas".
Problemas estratégicos: ampliar la tregua a cambio de la liberación de más rehenes también podría plantear problemas estratégicos tanto para Israel como para Hamas.
Para Hamas, la posesión de rehenes representa la única influencia real que tienen sobre Israel. La promesa de liberar a los rehenes ha sido lo único que ha hecho que Israel ceda en siete semanas de combates.
Hamas pronto podría aumentar su precio, exigiendo que las pausas en los combates sean más largas, o que el número de prisioneros palestinos liberados sea mayor, a cambio de la liberación de los rehenes israelíes. Es probable que haya un límite al número de rehenes que Hamas estará dispuesto a liberar, ya que no estará dispuesto a renunciar a la influencia que tiene sobre Israel.
Para Israel, el acuerdo de tregua le ha permitido tomar medidas para lograr uno de sus objetivos de guerra: asegurar la liberación de los rehenes israelíes. Pero ampliar aún más la tregua podría hacer que su objetivo final de guerra –destruir a Hamas– sea más difícil de lograr.
Se descubrió que liberar a todos los rehenes era un objetivo de guerra más importante que derrocar a Hamas, según una encuesta entre israelíes realizada por la Iniciativa para la Democracia de Israel antes del anuncio del acuerdo de tregua la semana pasada. Pero el gobierno israelí ha subrayado que está comprometido a lograr ambos objetivos.
Cada día que hay una pausa en los combates le da a Hamas más tiempo para reagruparse, antes de una posible expansión de los combates hacia el sur de Gaza. Según el acuerdo de tregua inicial, Israel y Estados Unidos acordaron suspender los vuelos de drones de vigilancia sobre Gaza, algo que Israel se mostró reacio a hacer, ya que significaría perder de vista los movimientos de los combatientes de Hamas.
Entonces, si bien extender la tregua podría promover uno de los objetivos bélicos de Israel, retrasa y potencialmente frustra el otro.
Becky Anderson de CNN contribuyó con el reportaje de esta publicación.