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Huracanes

Louisiana aún no se recupera de dos grandes huracanes en 2020. Otra amenaza va en camino

Por Rachel Ramirez

(CNN) -- La temporada de huracanes del año pasado devastó sin tregua partes de Louisiana.

En agosto de 2020, el huracán Laura tocó tierra en Louisiana como categoría 4, provocando una tormenta "catastrófica" con hasta 5 metros de agua sobre el nivel del suelo. La tormenta mató a decenas de personas en el estado e infligió daños por un valor de US$ 17.500 millones. Dos meses después, el huracán Zeta, categoría 3, dejó a medio millón de personas sin electricidad y causó daños por un valor de US$ 1.250 millones.

En total, cinco tormentas con nombre impactaron a Louisiana en 2020. Mientras el estado aún se tambalea por la destrucción, otro huracán importante se dirige hacia la costa.

Ida se intensifica rápidamente sobre el Golfo de México, y se espera que toque tierra en Louisiana como un gran huracán —de categoría 3 o más fuerte— este domingo, la misma fecha en que el huracán Katrina tocó tierra hace 16 años.

Los huracanes son comunes en la costa del golfo, pero el daño que se espera de Ida puede hacer que la ya devastada infraestructura de Louisiana se haga evidente.

Sabarethinam Kameshwar, profesor asistente de ingeniería civil y ambiental en la Universidad Estatal de Louisiana, dijo que la naturaleza repetida de los huracanes en el golfo ha tenido un costo significativo en la vida de las personas. Muchos residentes de Lake Charles cuyas casas fueron arrasadas por desastres recientes han pasado los últimos meses reconstruyendo y viviendo en hoteles o refugios temporales, dijo. Algunos todavía esperan que llegue la ayuda federal por desastre.

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"A medida que estos huracanes ocurren consecutivamente, hay múltiples impactos para las personas cuyas casas sufrieron daños durante Laura", dijo Kameshwar a CNN. "Muchas de esas casas aún no han sido reparadas, por lo que para las personas que ya tienen sus casas dañadas, estas podrían sufrir más daños y [el huracán] empeorará las cosas".

Roishetta Ozane, de 36 años y madre de seis hijos, es una de esas residentes.

La familia de Ozane ha vivido en remolques provistos por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias desde los consecutivos huracanes de 2020, que fueron seguidos por una tormenta invernal paralizante e inundaciones severas. Antes habitaba en una vivienda subsidiada que aún no se ha reconstruido y, como madre soltera, no puede pagar un apartamento lo suficientemente grande como para albergar a una familia de siete.

"Estamos en el primer aniversario del huracán Laura, teniendo que huir de otra tormenta", dijo Ozane a CNN. "La gente está con mucho sentimeinto porque un año después, todavía estamos viendo el área con el mismo aspecto que tenía cuando regresamos el año pasado después de que se levantó la evacuación".

Los residentes de Louisiana ahora se preparan para el huracán Ida. Los funcionarios de emergencia han instado a los residentes para que se aparten del camino de la tormenta, que cuenta con instalaciones de petróleo y gas que también podrían representar un peligro ambiental si se dañan.

El jueves, el gobernador John Bel Edwards declaró el estado de emergencia y señaló que la región aún se recupera de la temporada de 2020.

"No estamos recuperados. Ni mucho menos", dijo el gobernador sobre los impactos de los huracanes Laura y Delta el año pasado. "Todavía tenemos negocios cubiertos desde el último (huracán). Las casas aún no han sido reparadas y ocupadas de nuevo. O si están dañadas hasta el punto de necesitar ser demolidas y removidas, en muchos casos eso tampoco ha sucedido".

El teniente general retirado Russell Honoré, el excomandante ampliamente elogiado que dirigió los esfuerzos de socorro en Nueva Orleans después del huracán Katrina, dijo que los esfuerzos de evacuación han demostrado ser aún más desafiantes durante la pandemia. El año pasado, los residentes de Lake Charles fueron evacuados a Nueva Orleans, pero la propagación del coronavirus impidió que los servicios de emergencia usaran los grandes sitios de evacuación habituales.

Debido a las bajas tasas de vacunación en el Sur, Honoré dijo que la tormenta podría exacerbar la pandemia, dificultando la respuesta de emergencia.

"Cuando se van, dondequiera que se vayan, pueden llevarse más covid con ellos, ya sea que vayan al norte de Louisiana o a un hotel en Tennessee, dijo. "Proporciona un recipiente para que el virus se propague fuera de Louisiana, porque la gente se niega a recibir las inyecciones".

Honoré dijo que los funcionarios estatales y federales deben evacuar a las personas que viven en casas móviles, como Ozane y su familia, y a las que viven en zonas bajas tan pronto como el sábado.

Muchos residentes de Lake Charles, como Ozane, todavía se recuperan de la destrucción que enfrentaron durante Laura y las inundaciones extremas de mayo. Debido a los desastres en cascada que sufrió el año pasado, tiene la intención de evacuar a su familia a Houston lo antes posible.

"Da mucho miedo", comentó. "Trae tantos sentimientos que aún no nos hemos recuperado y ya lo hemos perdido todo. No hemos recibido ningún financiamiento suplementario que nos ayude a llegar más lejos de donde estábamos el año pasado".

Los científicos dicen que la crisis climática está empeorando los ciclones tropicales, ya que el agua del océano y las temperaturas del aire más cálidas proporcionan más combustible a las tormentas. El reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) concluyó que el aumento de la intensidad de las tormentas tropicales en los últimos 40 años no puede explicarse únicamente por causas naturales, y que los humanos son un factor que contribuyen al calentamiento.

"Tenemos buena confianza en que el calentamiento por efecto invernadero aumenta la intensidad máxima del viento que pueden alcanzar los ciclones tropicales", dijo anteriormente a CNN Jim Kossin, científico principal del Servicio Climático, una organización que proporciona modelos y análisis de riesgos climáticos a gobiernos y empresas. "Esto, a su vez, permite que los huracanes más fuertes —que son los que crean el mayor riesgo de lejos— se vuelvan aún más fuertes".

Las secuelas del huracán Delta en Holly Beach, Louisiana, el 11 de octubre de 2020. Delta se debilitó hasta convertirse en depresión tropical a medida que avanzaba tierra adentro sobre el noreste de Louisiana, empapando un área que aún se recuperaba del embate del huracán Laura.

Allison Wing, profesora asistente de ciencias atmosféricas en la Universidad Estatal de Florida, dijo que los científicos han descubierto que las lluvias de los huracanes se vuelven más intensas, lo que provocará más inundaciones. También señaló que los "eventos compuestos", cuando varios desastres ocurren sucesivamente, tienen un impacto cada vez más significativo.

"Además de tener un huracán tras otro, podrías tener un huracán y luego sufrir una inundación extrema", dijo Wing a CNN. "Y luego también tienes que preocuparte de que estas cosas ocurran no solo en el mismo lugar al mismo tiempo, sino también dentro de la misma región o país".

Después de que el golfo fuera impactado por huracanes consecutivos y que los incendios forestales arrasaran la costa oeste, una histórica tormenta de invierno devastó Texas y partes de Louisiana. Wing dijo que los eventos compuestos, ya sea en la misma región o país, reducen los recursos de emergencia.

"Eso es algo que las organizaciones nacionales como FEMA tienen que administrar, cómo implementar sus recursos en múltiples amenazas en múltiples áreas", explicó. "Así que este problema de eventos compuestos de todo tipo de extremos solo se convertirá en un problema mayor en el futuro".

Los huracanes son impulsados por agua cálida del océano. A medida que el planeta se calienta, los huracanes pueden volverse más frecuentes y más intensos. Wing indicó que todavía es científicamente incierto cómo evolucionará la cantidad de huracanes con el tiempo, pero es importante prepararse para los múltiples peligros que se avecinan a medida que la crisis climática amplifica el clima extremo.

Ozane, quien ahora dirige a un grupo de respuesta a desastres llamado The Vessel Project con sede en Lake Charles, dijo que los sistemas de gestión de emergencias y las políticas de desastres también deben ser reelaborados, porque las personas que necesitan más asistencia generalmente no la reciben debido a las barreras y las desigualdades sociales.

"El suroeste de Louisiana no será un sacrificio climático", afirmó. "Necesitamos asegurarnos de que el gobierno federal y todos los demás no se hayan olvidado de nosotros".

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