Misiles rusos no golpearon ningún objetivo militar en una aldea en Járkiv en un ataque "inhumano", dicen las autoridades ucranianas

(CNN) -- No había objetivos militares en la aldea que fue alcanzada por un ataque con misiles rusos este jueves en Ucrania, dijo un alto funcionario de la Policía ucraniana, en lo que fue uno de los ataques más mortíferos contra civiles desde que comenzó el conflicto y que el presidente del país calificó de “inhumano” y “adrede".

Las fuerzas de Moscú atacaron una cafetería y una tienda en Hroza, cerca de la ciudad de Kupiansk, en el este de Ucrania, en la región de Járkiv, con lo que los funcionarios ucranianos dicen que fue un poderoso misil balístico Iskander, matando al menos a 52 personas, incluido un niño de 6 años.

Surgieron escenas de trabajadores de emergencia caminando entre densos escombros después del ataque, una escala de devastación no vista desde un ataque ruso a una estación de ferrocarril en Kramatorsk, a principios de 2022, que mató a más de 60 personas.

El número de muertos en una comunidad tan pequeña de 330 personas significa que uno de cada seis residentes murió.

“Toda la gente son residentes, toda la gente son civiles locales. Ni un solo objeto militar, ni un solo vehículo militar. Todos los muertos y heridos son civiles”, dijo a CNN en Hroza Sergey Bolvinov, investigador jefe de la Policía regional de Járkiv.

Investigadores y equipos forenses trabajaron toda la noche revisando los escombros e intentando contar e identificar los cuerpos, muchos de los cuales estaban en mal estado debido a la fuerza de la explosión, según un equipo de CNN en el lugar.

Se podía ver a un hombre, cuya esposa murió en la explosión, agachado sobre su cuerpo, demasiado conmocionado para hablar y sin poder apartarse de su lado. Más tarde, ayudó a los servicios de emergencia a levantar el cadáver y subirlo a un camión para llevárselo.

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Bolvinov dijo que hasta el momento se han identificado los cadáveres de 35 víctimas.

"Estoy convencido de que en el futuro esto nos dará una base para reunir todas las pruebas y llevar ante la justicia a los militares rusos culpables", dijo, añadiendo que el ataque estaba siendo investigado como una "violación de las leyes y convenciones de guerra".

El número de heridos se mantuvo en seis, dijo este viernes Oleh Syniehubov, jefe de la administración militar de la región de Járkiv, en una publicación en Telegram.

Este viernes, nuevos ataques rusos contra la ciudad de Járkiv mataron a un niño, cuyo cadáver fue encontrado bajo los escombros de un edificio residencial, según el alcalde de la ciudad, Ihor Terekhov, quien añadió que los ataques habían estado "dirigidos exclusivamente a la infraestructura civil".

Los funcionarios ucranianos creen que el ataque involucró dos misiles balísticos Iskander, del mismo tipo utilizado en el ataque a Hroza.

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En una publicación en Telegram, Terekhov dijo que un edificio residencial de tres pisos fue destruido en Járkiv y dos edificios de apartamentos resultaron dañados, pero que dos personas habían sido rescatadas por los servicios de emergencia.

Al menos 16 personas resultaron heridas, incluido un bebé de 11 meses, dijo Syniehubov. El niño que murió tenía 10 años, dijo.

Decenas de residentes se habían reunido este jueves en el café de Hroza para llorar la muerte de un soldado ucraniano local cuando el misil atravesó el edificio, destruyéndolo por completo, dijeron funcionarios ucranianos.

El soldado había sido enterrado anteriormente en la ciudad de Dnipro, pero sus familiares querían que lo volvieran a enterrar en el pueblo de donde era originario, dijo Dmytro Chubenko, portavoz de la Fiscalía Regional de Járkiv, al medio de comunicación ucraniano RBC. La explosión mató a varios miembros de la familia del soldado, incluido su hijo, dijo Chubenko.

Los funcionarios ucranianos dijeron que Hroza fue alcanzado por un misil Iskander, un misil balístico con un alcance relativamente corto que, dependiendo de la configuración, lleva una ojiva de entre 500 y 700 kilogramos.

“[El] Iskander es definitivamente un gran misil”, dijo Bolvinov. “El edificio está completamente destruido. La gente estaba en la misma habitación en ese momento… había caos”.

Después del ataque, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, reiteró su llamado a que los aliados establezcan más defensas aéreas, diciendo que es “imposible proteger a la gente” sin más apoyo, especialmente antes de los bombardeos invernales previstos.

“No hay palabras ni documentos que puedan detener tal mal. Pero existe la defensa aérea. Hay artillería. Ahí están nuestros misiles. Disponemos de vehículos blindados. Están nuestros poderosos militares, que repelen los ataques rusos”, dijo Zelensky.

“El terrorismo ruso debe fracasar. Y el mundo tiene lo necesario para garantizarlo”, añadió. “Lo principal es la unidad. Lo principal es creer en la libertad y proteger la vida”.

Durante reuniones con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, en Granada, España, Zelensky dijo que está centrado en la necesidad de defensa aérea de Ucrania y cree que se ha avanzado mucho en el apoyo necesario.

Dijo que Ucrania recibirá seis sistemas Hawk, de España, y que Alemania trabajará para proporcionar a Kyiv otro sistema Patriot, calificándolo como “el único sistema que puede resistir tales amenazas y masacres”.

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Mientras tanto, la Casa Blanca señaló el ataque como otro ejemplo de por qué el Congreso necesita aprobar más ayuda estadounidense para Ucrania.

“¿Te imaginas simplemente caminando al supermercado con tus hijos tratando de descubrir qué vas a preparar para la cena y ves que ocurre una explosión? ¿Dónde hay cadáveres por todas partes? Y es horrible”, dijo la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, antes de pedir al Congreso que actúe sobre financiación adicional.

Sus comentarios se producen en medio de agitación política en el Congreso de Estados Unidos, la rama legislativa del Gobierno, y el agotamiento de las existencias de municiones entre los países de la OTAN, que amenazan el flujo de ayuda militar a Kyiv.

Hroza se encuentra a unos 40 kilómetros de las líneas del frente de la guerra, cerca de Kupiansk, la ciudad de Járkiv que las fuerzas rusas tomaron al principio de la guerra antes de que fuera liberada por los ucranianos, hace un año.

Desde entonces, el Ejército ucraniano ha estado tratando de resistir los avances de Moscú. Para Kyiv, la ciudad es estratégicamente importante para impedir que Rusia acceda al cercano río Oskil, donde es mucho más fácil cruzar que más al sur.

-- María Kostenko, Tim Lister, Sana Noor Haq y Nikki Carvajal, de CNN, contribuyeron con el reportaje.