Los cohetes rusos han obligado a muchas familias ucranianas a elegir entre quedarse o irse, o incluso dejar atrás a sus seres queridos que no pueden hacer el traicionero viaje fuera del país.
Elena Belaya huyó de Kyiv a Polonia con su hija de 2 años. Al compartir videos e imágenes de un helicóptero sobrevolando mientras intentaban escapar, Belaya dijo que le preocupaba que ni siquiera llegaran a la frontera.
Belaya dijo que eran las 5:36 a.m. y estaba poniéndose al día con las noticias en su teléfono cuando escuchó "algo así como un gran estallido" afuera.
"Envié a mi esposo a ver qué estaba pasando afuera. Dijo que sí, algo realmente está pasando, pero muy lejos. Entonces comenzamos a mirar las noticias y nos dimos cuenta de que la guerra (había) comenzado", comentó.
Decidieron partir hacia la frontera polaca, pero su esposo no pudo ir con ellos: los hombres ucranianos de entre 18 y 60 años no pueden salir del país.
"Fue (el tiempo) más difícil en esta situación... Dijo que debo salvar a nuestra hija e ir al (lugar de) seguridad, y me convenció de cruzar la frontera sola con mi hija".
En la frontera, Belaya dijo que encontraron largas filas de autos y tuvieron que caminar 30 kilómetros para cruzar a Polonia.
"Fue muy, muy difícil porque no sé (el) idioma polaco. No conozco Polonia en absoluto. Solo tengo dinero para vivir varios fines de semana, por este dinero con mi hija. Es algo muy desconocido para mí y por mi hija di este paso. No podía dejar ir a mi esposo por mucho tiempo. Estábamos llorando, nos estábamos abrazando", dijo.
"Me di cuenta de que debo mantenerme fuerte por mi hija. Es una gran misión para mí proteger a mi hija".
Belaya dijo que su hija pregunta todos los días cuándo estará papá con ellos. Le envía mensajes de texto a su esposo constantemente para verificar que todavía está vivo, dijo.
Por ahora, vive día a día en un albergue con otros 40 refugiados, incluidos niños, con solo la ropa que lleva puesta. Dijo que su hija ha hecho algunos amigos y que allí es como un jardín infantil. Mantienen la esperanza de que algún día su familia se reúna.
"Debemos sobrevivir, y creo que Ucrania tiene un gran futuro", afirmó.